No se trata de apostar por la energía nuclear en un ejercicio de frentismo u obcecación con tintes ideológicos. Ese es el germen que alimenta la incongruencia de sus detractores. Se trata de entregar al libre proceso de mercado la asignación de recursos y las decisiones sobre qué medios de producción energética adoptar según demanda, lugar, provisión o las circunstancias que sean. La energía nuclear no es panacea de nada, pero sí una pieza fundamental dentro del mercado de producción energética.La Libertad y La Ley.
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Antecedentes: I, II, III.