Los coffee shops ahora pueden vender un máximo de cinco gramos por cliente, comparado con los 30 gramos de hace unos años. En 2007, se puso en marcha una norma para impedir la venta de hachís en los lugares donde se servía alcohol, lo que quiere decir que los coffee shops tienen que elegir entre drogas o alcohol. Eso explica que el café, el té y el chocolate sean las bebidas "fuertes" del 420 Café. Además, está prohibida la publicidad del hachís, por lo que no pueden usar la clásica imagen de la hoja de marihuana que aparece en las camisetas que venden las tiendas de souvenirs.
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